El consumo de carne de cerdo en los hogares colombianos ha experimentado un notorio aumento, alcanzando un promedio de 13 kg por persona, tan solo en el último año. Este incremento en la demanda ha impulsado una sólida expansión en la producción nacional de carne de cerdo, superando en un 7.2% las cifras del año 2021, con un total de 526 mil toneladas producidas.
Por lo tanto, es importante resaltar las buenas prácticas de producción por parte de quienes forman parte del sector porcino, ya que la bioseguridad eficiente mejora la salud y el bienestar de los animales, garantizando la sostenibilidad de la producción cárnica en el país.
“Los productores de carne de cerdo trabajan fuertemente para maximizar el bienestar de los animales. Son numerosos los factores que intervienen, desde la higiene hasta el manejo del ambiente y la sanidad, que son fundamentales para garantizar la producción y calidad del producto”, afirma Leonardo Belli, Director de Porcicultura en Colombia.
En una industria dinámica y globalizada como la porcicultura, la estrategia preventiva utiliza diferentes estrategias para procurar reducir el ingreso de agentes infecciosos que provocan enfermedades a todos los involucrados en el proceso productivo. Estos causan afecciones que si no se controlan a tiempo, pueden propagarse rápidamente, llegando a causar importantes pérdidas económicas a los porcicultores e influir negativamente en la salud de los consumidores.
Ante este panorama, MSD Salud Animal en Colombia, comparte algunos puntos importantes, a tener en cuenta, para la implementación de un apropiado plan de bioseguridad y en consecuencia, animales más sanos, mejor aprovechamiento de los recursos y ahorro en los costos de producción:
Elementos esenciales para la carne de cerdo segura
- Procesos de vacunación y desparasitación adecuados: Es necesario establecer una pauta de vacunación y desparasitación adecuada a la situación sanitaria de los porcinos, para evitar la aparición de otras patologías y enfermedades de mayor relevancia. Para ello, se debe contar siempre con la ayuda y guía de médicos
veterinarios, quienes serán los encargados de guiar a los productores sobre el uso de vacunas y tratamientos innovadores.
- Supervisión del ingreso de nuevos animales: No se debe incorporar animales nuevos a la granja sin conocer su estado de salud. Es importante exigir los certificados de sanidad pecuaria respectivos y realizar los procedimientos de cuarentena necesarios para mantener estos animales nuevos, aislados del resto.
- Mantener todo limpio y desinfectado: La limpieza y la desinfección periódica de las instalaciones, utensilios y material son puntos claves de este proceso para evitar la propagación de patologías dentro de la granja. De esta manera, se asegura la eliminación de todo tipo de gérmenes y microbios.
- Uso de ropa adecuada en la granja: Se debe establecer de manera rigurosa un protocolo de ingreso para los visitantes y personal de la granja. Por ejemplo, que todos los trabajadores y visitantes deben cambiarse completamente de ropa y no introducir ninguna prenda personal. Es importante también la obligatoriedad de emplear sustancias higiénicas y antisépticas para lavarse el cuerpo y las manos, tanto al entrar como al salir de las instalaciones.
Esta serie de medidas, unida a un buen programa sanitario forjará el buen desempeño de las granjas, y, por ende, un mayor desarrollo del sector porcino, apoyado en el establecimiento de normas orientadas a disminuir el riesgo de introducción, desarrollo y propagación de enfermedades en los animales de producción.