En el marco del Mes Mundial de la Conservación del Suelo, se reconoce la importancia de proteger y manejar de manera sostenible este recurso fundamental para la seguridad alimentaria y la salud de los ecosistemas. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 33% de los suelos del mundo presenta algún nivel de degradación, causada principalmente por procesos como la erosión, la salinización, la compactación, la acidificación y la contaminación química. Esta problemática pone en riesgo la capacidad de los suelos para sostener la producción agrícola y conservar la biodiversidad.
La degradación del suelo en Colombia también tiene implicaciones directas en la productividad agropecuaria. Según el IDEAM, el 40% del suelo nacional se encuentra degradado, en parte por actividades agrícolas que no respetan la vocación natural del terreno. Actualmente, más del 50% de los suelos destinados a la producción agropecuaria se utilizan de forma no sostenible, lo que incrementa su vulnerabilidad y limita su capacidad para prestar servicios ecosistémicos esenciales para el país.
Frente a este panorama, la Fundación Alpina impulsa la agroecología como un enfoque integral que mejora la conservación del suelo y fortalece los sistemas productivos. Mediante el trabajo con pequeños productores rurales, se promueven prácticas agrícolas sostenibles adaptadas a las condiciones locales, favoreciendo una transición responsable y acorde con las necesidades de cada territorio. Entre las prácticas que se fomentan están la rotación de cultivos, el uso de coberturas vegetales y barreras vivas para evitar la erosión, así como el compostaje y la fertilización orgánica.
Como parte de este compromiso, en 2021 la Fundación Alpina desarrolló una herramienta para monitorear y fortalecer la adopción de prácticas agroecológicas en las comunidades con las que trabaja. Esta herramienta permite identificar el nivel de implementación de principios clave para la sostenibilidad del suelo y orientar mejor los procesos de formación y asistencia técnica. A continuación, se presentan algunos de los principios que estructuran la herramienta de caracterización agroecológica:
- Salud del suelo: Asegurar y mejorar la salud y el funcionamiento del suelo para mejorar el crecimiento de las plantas, particularmente mediante el manejo de la materia orgánica y la mejora de la actividad biológica del suelo.
- Reducción del uso de insumos: Reducir o eliminar la dependencia de los insumos adquiridos (comprados) y aumentar la autosuficiencia.
- La biodiversidad: Conservar y mejorar la diversidad de especies, funciones y recursos genéticos para mantener la biodiversidad del agroecosistema a nivel de campo, finca y paisaje.
- La sinergia: Mejorar la interacción ecológica positiva, la sinergia, la integración y la complementariedad entre los elementos de los agroecosistemas (animales, cultivos, árboles, suelo y agua).
- La diversidad económica: Diversificar ingresos agrícolas para que los pequeños agricultores logren mayor independencia financiera y puedan agregar valor, respondiendo mejor a la demanda del país.
- Los valores sociales y hábitos alimentarios: Construir sistemas alimentarios basados en la cultura, identidad, tradición, equidad social y de género de las comunidades locales que proporcionen dietas saludables, apropiadas para la temporada y la cultura.
- Gobernanza y participación comunitaria: Fortalecer los arreglos institucionales y sociales que reconozcan y apoyen a los pequeños productores como gestores responsables de los recursos naturales, promoviendo su organización, participación activa y toma de decisiones en la gestión local de los sistemas agrícolas y alimentarios.
“En el proyecto Alta Guajira Productiva y Sostenible, realizado en el Parque Nacional Natural Macuira, la herramienta de caracterización agroecológica mostró avances importantes, especialmente en la salud del suelo, con un aumento del 21%, y en la reducción del uso de insumos, con un 19%. Estos resultados reflejan el compromiso de las comunidades por adoptar prácticas sostenibles que protegen su territorio.”, destaca Camila Aguilar, Directora Ejecutiva de Fundación Alpina.
La Fundación Alpina impulsa un cambio positivo en las comunidades rurales, donde el cuidado del suelo es el corazón de la producción. Al reemplazar las quemas por la siembra junto a plantas y árboles nativos, las familias fortalecen la fertilidad natural del suelo y construyen sistemas agrícolas más saludables, sostenibles y resilientes.