Levantarse y no poder percibir el aroma del café recién hecho, las fragancias de la naturaleza y tantos otros olores que pueden marcar la vida para siempre, es un problema que deben afrontar millones de personas que sufren de anosmia o la pérdida del olfato. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada 20 personas en el mundo se ve afectada por este trastorno.
En el marco de la conmemoración del Día Mundial de la Anosmia, este 27 de febrero, los profesionales del sector médico hacen un llamado a quienes padecen la enfermedad, o tienen indicios de ella, para que acudan a un especialista, debido a que, si bien no es una afección mortal, sí puede afectar drásticamente su calidad de vida.
La afectación de la Anosmia a la calidad de vida
De acuerdo con el doctor Ricardo Silva, otorrinolaringólogo miembro de la Asociación Colombiana de Otorrinolaringología – ACORL y presidente del capítulo de rinología: “Estos pacientes no solo sufren la falta de la capacidad de oler, sino que, además, su cotidianidad y productividad se ven afectadas, ya que presentan problemas para dormir, lo cual genera poco descanso y bajo rendimiento en sus labores diarias”. De igual modo, la anosmia perjudica el estado emocional de quienes la experimentan, dado que, como lo han señalado estudios científicos, desencadena altas cargas de irritabilidad y frustración, así como dificultad para concentrarse.
Otra seria afectación asociada a la anosmia es que, como algunas vías nerviosas son compartidas por los sentidos del olfato y del gusto, la pérdida del uno afecta necesariamente al otro.
“Algunas personas van al médico porque piensan que perdieron el sentido del gusto, y se sorprenden al saber que, en realidad, lo que perdieron fue el del olfato”, cuenta el doctor Ricardo Silva. El especialista también explica que los olores tienen dos vías para ser percibidos e interpretados por el cerebro y así relacionar el olfato con el gusto: es decir, tenemos una vía anterior, que usamos habitualmente al tomar aire y captar los olores por las fosas nasales; y una vía posterior, que es donde, al masticar y al inicio de la deglución, se desprenden olores que ingresan hacia las neuronas sensoriales olfativas por lanasofaringe. Un ejemplo claro es que durante un episodio gripal con la nariz congestionada los olores no llegan a los receptores olfatorios para ser estimulados y al comer, si no se captan los olores, el sabor de las comidas también se reduce. “Sin el olor, los alimentos nos suelen parecer desabridos y con poco o ningún gusto”, agrega.
Posibles casos de la Anosmia
La anosmia se debe, en algunos casos, a enfermedades como la rinosinusitis crónica con pólipos nasales (RSCcPN), definida por los especialistas como la inflamación de la mucosa que recubre la nariz y los senos paranasales. Cerca del 90% de estos pacientes presentan alteraciones en el olfato, entre ellas la anosmia, y de ahí la importancia de que el médico defina el mejor tratamiento posible. Por otro lado, infecciones causadas por virus como el covid-19 o coronavirus también han estado asociadas a la anosmia, que suele resolverse.
¿Se puede tratar la anosmia?
El Día Mundial de la Anosmia es una ocasión propicia para decirles a estos pacientes que su problema puede tener solución. No solo a través de los medicamentos y tratamientos para atacar sus posibles causas, como la rinosinusitis crónica y los pólipos, sino también a través del reentrenamiento olfativo. “Es una terapia efectiva, además de beneficiosa, extremadamente fácil y autodirigida, sin efectos secundarios significativos. Además, parece estar asociada con mejores resultadosen pacientes con pérdida olfativa post-infecciosa”, expone el Dr. Silva.
El especialista añade que hay diferentes kits de aromas y formas de reentrenamiento en las que básicamente el paciente se expone a olores periódicamente, idealmente, a diario. Este tratamiento supone una mejora de la función olfativa general para los pacientes.
En el Día Mundial de la Anosmia, la Asociación Colombiana de Otorrinolaringología ACORL se une a la campaña “el mundo de los aromas perdidos” para mejorar el conocimiento de esta enfermedad, con programas educativos para hacer visibles enfermedades inadvertidas que pueden afectar la calidad de vida de las personas, resaltando la importancia de buscar ayuda de un médico especialista ante la presencia de la Anosmia.
