5 recomendaciones para contratar personas con discapacidad visual

En Colombia, solo el 20% de las personas con discapacidad participa activamente en el mercado laboral, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). De ese total, las personas con discapacidad visual enfrentan algunas de las mayores barreras de acceso al empleo formal, falta de accesibilidad digital, prejuicios sobre su desempeño y entornos laborales no adaptados.

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional para Ciegos (INCI), dentro del grupo de personas con discapacidad visual en edad de trabajar (PET), el 59,8% no tiene ningún ingreso económico, el 31,2% recibe menos de un salario mínimo, el 2,7% percibe entre quinientos mil y un millón de pesos, y solo el 0,7% supera el millón de pesos mensuales.

Ante este panorama, El Centro de Rehabilitación para Adultos Ciegos (CRAC), que ha acompañado durante el último año de forma directa a 2.562 personas con discapacidad visual en sus procesos de rehabilitación y a 2.578 usuarios en servicios de salud visual, persiste en su compromiso con la inclusión laboral efectiva de las personas con discapacidad visual, promoviendo oportunidades de empleo digno, accesible y sostenible.

Es por esto que la entidad comparte cinco pasos para construir entornos laborales inclusivos con personas con discapacidad visual:

  1. Comenzar por la sensibilización interna

La verdadera inclusión comienza antes del proceso de contratación. Implica un cambio de mentalidad dentro de la organización y la formación de líderes y equipos que comprendan que, antes de la condición de discapacidad visual, hay una persona llena de potencial. Reconocer sus capacidades y entender que pequeños ajustes pueden derribar barreras es clave para facilitar su inclusión. La sensibilización interna permite transformar percepciones, derribar mitos sobre su desempeño y generar confianza para construir entornos laborales donde todas las personas puedan aportar en igualdad de condiciones

  1. Ajustar el entorno laboral, no las expectativas

La discapacidad visual no limita la productividad, siempre que existan condiciones adecuadas. Las empresas deben adaptar sus espacios físicos, tecnológicos y comunicativos para garantizar autonomía y eficiencia. Esto implica asegurar señalización táctil o en braille, iluminación adecuada, softwares accesibles y materiales digitales compatibles con lectores de pantalla. No se trata de disminuir exigencias, sino de brindar igualdad de oportunidades para alcanzar los mismos resultados.

  1. Confiar en el acompañamiento experto

Los procesos de inclusión son más sostenibles cuando se desarrollan con asesoría técnica y acompañamiento psicosocial. El CRAC ofrece orientación tanto a las personas rehabilitadas como a las empresas que las contratan, garantizando una adaptación progresiva, seguimiento continuo y resolución de barreras durante los primeros meses de vinculación. Este acompañamiento especializado genera confianza mutua y promueve relaciones laborales duraderas.

  1. Integrar la inclusión dentro de la estrategia ESG

Contratar personas con discapacidad visual no solo fortalece la diversidad, sino que demuestra coherencia con los principios de sostenibilidad corporativa. Incluir este enfoque en las políticas sociales de las empresas refleja compromiso con la equidad, mejora la reputación institucional y aporta al componente “social” de la estrategia ESG. Las compañías que promueven entornos inclusivos atraen talento, impulsan la innovación y se consolidan como referentes de responsabilidad empresarial.

  1. Medir el impacto humano y cultural

La inclusión laboral debe evaluarse no solo por indicadores económicos, sino también por su capacidad para transformar la cultura organizacional. La contratación de personas con discapacidad visual genera entornos más empáticos, colaborativos y conscientes del valor de la diversidad. Además de los incentivos tributarios establecidos por la ley, las empresas experimentan un fortalecimiento del sentido de pertenencia y un clima laboral más positivo.

“Las empresas no solo tienen la oportunidad de cumplir una norma, sino de transformar su cultura y descubrir talentos con una enorme capacidad de adaptación y compromiso. En CRAC hemos comprobado que la inclusión laboral cambia vidas, pero también mejora la forma en que las organizaciones trabajan y aprenden”, asegura Gladys Lopera Directora del CRAC.

El CRAC continúa acompañando procesos de rehabilitación y orientación laboral, fortaleciendo la autonomía de las personas con discapacidad visual e impulsando su integración al mercado formal. Su modelo integral conecta la rehabilitación funcional y la asesoría ocupacional, con la inserción laboral responsable, brindando herramientas tanto a los trabajadores como a las empresas.

“Cada persona que se vincula al mundo laboral formal demuestra que la discapacidad no está en la persona, sino en las barreras que eliminamos juntos. En CRAC, trabajamos para que la inclusión sea una práctica y no un discurso”, concluyó Lopera.

Related Articles

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Latest Articles